En la actual tecnología 3D aún persiste en la vieja táctica de exhibir dos imágenes separadas para que nuestro cerebro las funda y las convierta en una sola con aspecto tridimensional. Este hábil engaño de la técnica, a una persona con el sistema ocular sano no parece perjudicarle, sin embargo, para aquellos que tengan algún problema de visión como el estrabismo o la ambliopía (ojo vago) puede llegar a convertirse en una fuente de problemas. Los especialistas indican que estas películas en 3D pueden provocar mareos, visión doble, náuseas y desequilibrios a esas personas con deficiencias visuales.
Advertencia que tendrán que colocar a la puerta de los cines 3D